Podemos destruir lo que hemos escrito, pero no podemos borrarlo.
El lector debe prepararse para asistir a las más siniestras escenas.

martes, 8 de mayo de 2012

Un viaje al espacio 1/2


Hoy 13 de junio del año 2500 la Agencia Espacial Europea (ESA), tiene programado el lanzamiento del transbordador supersónico Varekai al planeta Saturno, para la misión espacial Galileo, que consistirá en descubrir algo más de Saturno y la influencia de sus anillos y sus satélites; en especial Titán que es el mayor de ellos.

Para esta misión la ESA cuenta con los astronautas Néstor Gagías, Katia Baurmann y Marco Fellini. Para llevar a cabo esta misión los astronautas han sido elegidos exhaustivamente entre los cuarenta candidatos que habían presentado los países europeos.
Cada uno de ellos tiene unas características especiales y unos conocimientos muy amplios que abarcan diferentes campos; así como una preparación física y psicológica desarrollada durante cinco años, que es lo que ha durado su entrenamiento.


Ahora, a las diez de la mañana del día previsto, desde la lanzadera espacial de la isla tinerfeña del Hierro, se acaba de lanzar el transbordador supersónico Varekai, iniciando así una nueva aventura espacial para la humanidad.
El lanzamiento ha sido perfecto y sin complicaciones, todo según lo previsto. Los tripulantes están eufóricos pues hace cinco años no pensaban que pudiese llegar este día para ir aún planeta tan lejano. La velocidad del transbordador es impresionante pues alcanza los 300.000 km/h. Con lo cual se tardará en recorrer ciento setenta y cinco días la distancia entre la Tierra y Saturno (1.260.000.000 km).

 Todo iba estupendamente y según lo previsto, todos en el transbordador se llevaban muy bien y se lo pasaban genial. Cada día hacían un informe de lo que había pasado en el transbordador y de lo que habían visto; ese informe lo mandaban todos los días a la estación espacial vía satélite.
El día noventa de viaje algo pasaba ya que no llegaba ningún informe a la lanzadera espacial y el día llegaba a su fin. En el transbordador sintieron una fuerte sacudida, nadie sabía lo que estaba pasando hasta que del golpe se abrió la compuerta y vieron que se habían estrellado. Por la cantidad de satélites que detectaba el transbordador y las coordenadas que les daba supieron que estaban en un lugar de Júpiter que no pudieron concretar porque el impacto había causado algunos daños en el ordenador de navegación del transbordador.




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