Podemos destruir lo que hemos escrito, pero no podemos borrarlo.
El lector debe prepararse para asistir a las más siniestras escenas.

domingo, 31 de enero de 2016

Tumbas de miel

Sueños de ultratumba palpitando en mis entrañas, monstruos que quieren salir. Las pujas están altas, el tumulto enloquece; poco a poco voy cayendo en un fondo de hidromiel. Un ruido tan vacío, un hueco tan sonoro, qué puedo hacer hoy para perderme en el olvido. Mira que triste esa canción, ojalá fuera mi colofón, el punto y final del mártir ensangrentado. Imágenes oscuras, qué sorpresa, no soy más que su presa.
Hace tiempo que lo tengo preparado: cuervos, hienas, lobos; las bestias más siniestras vendrán a visitarla, la gente admirará asombrada. Exclamaciones, interjecciones: que alboroto más profano. Todos de pie contemplarán el lugar donde fui sellado y al unísono susurrarán: Tumbas de miel.

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