Podemos destruir lo que hemos escrito, pero no podemos borrarlo.
El lector debe prepararse para asistir a las más siniestras escenas.

lunes, 28 de mayo de 2012

Una persona más, una muerte más

No tenía nada que perder, ya no le quedaba nada. Vivía rodeado de multitud pero estaba solo. Según Salik, era eso lo que la vida quería para él y no sus propias decisiones las que lo habían llevado hasta allí.

Hasta entonces nadie se había fijado en él sin embargo, ahora iba andando por el parque con un grupo de adolescentes que había conocido hace una hora y que le invitaban a divertirse. Salik pensó que aunque todo acabase mal, mañana saldría el sol y volvería a levantarse de su cama. Pero quizás se equivocaba.

Decidió tomar la botella que aquel tipo, del que no sabía ni el nombre, le ofrecía. La agarró con fuerza afianzándose así en sus ideas. Dio un pequeño trago y no le gustó, aun así volvió a beber; está vez dio un largo y placentero trago. Se lo estaba pasando en grande y no supo decir que no a un poco de coca que le ofrecían. Pensó que había encontrado su lugar en el mundo.

Salik perdió el control de su vida en el mismo momento en que dio el primer trago. Sin darse cuenta estaba cavando su propia tumba.

Poco a poco el alcohol fue haciendo acto de presencia y tras largas horas de fiesta, ahora estaba agotado y vomitando. Salik pensó que se le pasaría al día siguiente y para no encontrarse peor decidió que lo mejor era beber otro poco.

Estaba amaneciendo y a lo lejos ya se oía el ruido de una ambulancia y los gritos de unos padres que no imaginaban por lo que había pasado su hijo los últimos años. Salik yacía pálido en el suelo y estaba frío, muy frío. 

martes, 22 de mayo de 2012

Piensa por ti mismo

Si alguna vez sientes que eres como una marioneta, que alguien maneja tus hilos, actúa. No dejes que te controlen, nadie sabe mejor que tu lo que te convieneAunque te critiquen, te insulten o te hundan en lo más profundo debes levantarte. No dejes que nadie viva la vida por ti, pues cuando te des cuenta y quieras disfrutar de ella puede que sea demasiado tarde. Debes aprender a soportar los malos momentos para poder vivir los buenos.


Cuando algo no te gusta no puedes solamente quejarte, debes hacer algo para evitarlo. Solo tú puedes decidir las personas que quieres que estén a tu lado, pero ten en cuenta que de ellas dependerá, muchas veces, como te sientas. No puedes alejarte de las cosas si estas metido en ellas todos lo días. Haz tu propio camino y recórrelo despacio, paso a paso. Porque el camino de cada uno es distinto y solo tú tienes el mapa.

lunes, 21 de mayo de 2012

Primer amor, primera mentira

Lorién estaba muy nervioso y no sabía que debía hacer. Hace poco que había empezado a independizarse en cosas como ir al cine con sus amigos en vez de con sus padres o ir él solo a mirar ropa en la tienda de los chicos mayores. Llevaba muy poco tiempo viviendo de esta forma y en su maldita adolescencia ya le había surgido el primer problema.


Normalmente le contaba cualquier novedad a sus padres, por pequeña que fuese. Una pelea entre amigos, amores de sus compañeros, las cosas que le preocupaban... Pero ahora no sabía si hacerlo. Tenía miedo de que se enfadasen y para él sus padres eran muy importantes.


Le habían invitado a una discoteca por el cumpleaños de Yago. Lorién no era mucho de fiestas y nunca había ido a una discoteca, pues no le llamaba la atención. Esta vez tampoco se lo hubiese pensado si no fuera porque allí iba a estar Melo, la chica de sus sueños. Se había enamorado de ella a principios de curso, pero él era muy tímido y ella demasiado guapa para él, o al menos eso creía Lorién. Decidió no decirle nada a sus padres e ir a la fiesta en busca de un beso de Melo. Así pues, se adentró en un garito oscuro con un letrero luminoso en el que ponía "OTEX".


Todo era muy lúgubre y la música estaba demasiado fuerte, además no era el tipo de música que le gustaba a Lorién, pero se aguantó. Buscó a Melo y allí la vio, bailando con un chico alto y fuerte. Pensó que no tenia nada que hacer y pidió un refresco. Melo parecía disfrutar, pues bailaban muy pegados y sonreían constantemente.


Al rato, cuando Melo estaba pidiendo una copa, Lorién vio como el chico musculoso hablaba con otro y se pasaban pastillas. Lorién, con su instinto protector, creyó que debía hacer algo. Así que antes de que volvieran a bailar juntos y muy pegados, Lorién actuó. Fue hacia Melo y muy nervioso le contó lo que su novio estaba haciendo. Melo no se lo podía creer, ella pensaba que aquel tipo era legal, pero las pruebas eran irrefutables, ella lo estaba viendo con sus propios ojos. Vio como intercambiaban pastillas por algo de dinero y sonreían sádicamente. Melo salió llorando a la calle y Lorién se arrepintió de aquello. Salió decidido a disculparse con ella y después de hacerlo le dijo que él no tenía derecho a decirle nada pero que no se podía haber callado. De repente ella lo interrumpió y le dijo: "Pero yo si quiero que tengas ese derecho" y le plantó un beso en los labios que Lorién jamás podrá olvidar. Así comenzó a ver la adolescencia de otra manera.

Cuando llegó a casa y sus padres le preguntaron donde había estado, él contestó que en el cine, viendo la mejor película de su vida. De esta forma se produjo la primera mentira a sus padres, lo curioso es que no se sintió culpable sino feliz.

viernes, 18 de mayo de 2012

Sentimientos ocultos

Normalmente tendemos a mostrar con más facilidad los malos que los buenos sentimientos. Quizás puede ser porque creemos que con lo malo parecemos más fuertes y con lo bueno más débiles.

Muchas veces, si alguien se sale de lo "normal" es excluido del grupo y se le trata como a un "bicho raro" o se le presiona fuertemente para que se vuelva "normal" y encaje en la sociedad. Simplemente porque sea más sensible, vista diferente o se diferencie en algo de los demás creemos que hay que marginarlo.

Lo malo es que no nos damos cuenta de que haríamos todo mucho mejor si esto fuera al revés. Si nos acostumbramos a demostrar nuestro cariño y afecto todos los días o simplemente a cambiar nuestros insultos por buenas palabras esto sería mejor. Pero todo el mundo compite por ser el más fuerte. Si un hombre llora es un nenaza, pero si soporta los golpes y ni se inmuta es le mejor. Deberíamos pensar que igual llorar es bueno y más si es de alegría y que si te golpean y no dices nada eres el "bicho raro". Deberíamos replantearnos muchas cosas, pero muchos creen que ellos solos no harán nada. Yo respondo: " Si quieres cambiar el mundo, cámbiate a ti mismo".

Como tantas otras cosas, esta es mi opinión y no tiene por que ser la de alguien más. Además, yo creo que siempre que expresas algo bonito e importante para ti, la persona a la que va dirigido y tú sois más felices.

La vida no es un camino recto.

miércoles, 16 de mayo de 2012

Desaparecidos

Era un día soleado de primavera, con flores muy vistosas en los parques y los pájaros cantando. Nacho estaba sentado en una silla de la cocina. Todas las mañanas, le gustaba leer el periódico mientras terminaba su desayuno. Según el día, le interesaban unas noticias u otras, pero lo que siempre miraba era la sección reservada a las personas desaparecidas. Le parecía curioso como nadie podía haber visto a esas personas, pero sobre todo sentía una gran tristeza por esas personas y sus familiares. Podía haberles pasado miles de cosas -secuestros, fugas- pero nadie lo sabía. Se preguntaba cuando dejarían de buscar si no aparecían o lo que es peor que sentían al encontrarlos muertos. Todo esto pasaba por su cabeza en un segundo.

Fue mirando las fotos y los nombres y de repente ¡ahí estaba él! No se lo podía creer, era su cara, pero en el pie de foto ponía Luis Rodríguez. Algo muy extraño estaba pasando.

Las manos le empezaron a sudar, la magdalena se le atragantó y todo lo que creía haber sabido se esfumó de un plumazo. Muchas ideas pasaban por su cabeza en muy poco tiempo, pero debía hacer algo rápido. Decidió ir a una comisaría cercana. Estaba muy nervioso y no le salían las palabras; al cabo de un cuarto de hora y de no sacar nada en claro el policía Carrasco le dijo que ellos no podían hacer nada si se trataba de fallos del periódico. Así pues, Nacho se dirigió a la editorial del periódico. Necesitaba solucionar aquel problema cuanto antes. Pero no se podía imaginar lo que le quedaba por vivir.

Nada más entrar en la editorial se dirigió a la primera persona que vio. Su boca era un torrente de palabras y el mismo se sorprendió. La chica que le escuchaba lo llevó hasta el despacho de la directora del periódico. Nacho, cansado del largo día, sólo quería una solución y ella se la dio. Tras contarle toda la historia Rebeca, la directora, le dijo que lo único que podía hacer era darle la dirección de la persona que había puesto la foto en el periódico. Así, Nacho se dirigió a la dirección y allí encontró la solución o el problema que condicionaría su vida.

Tenía un hermano gemelo del que fue separado al nacer y tras veintidós años se enteraba de aquello. Nacho nos se lo pensó dos veces y juró que encontraría a su hermano.

viernes, 11 de mayo de 2012

El día de un escritor

El inspector Fernández era un hombre solitario. Vivía en  Zaragoza, en una pequeña casa, sin muchos problemas, solo los que le acarreaba el trabajo. Últimamente estaba muy inquieto, algo le preocupaba.
En la comisaría le habían asignado un caso que a simple vista era muy fácil, por eso mismo el inspector Fernández sospechaba que el que parecía ser el asesino no lo era. Y es que había algo que no le cuadraba en aquel caso: el asesino no tenía relación alguna con la víctima.

Llevaba días sin dormir, sin comer nada decente, pero todo aquello le daba igual. Como siempre con cada caso, se entregaba en cuerpo y alma; porque como él decía cuando eres policía estas casado con tu trabajo.
Ese día el inspector Fernández había ido a la cárcel con el objetivo de hacerle una visita a Jaime, el presunto asesino. Tras una conversación difícil y sin mucha colaboración por parte de Jaime, tenía más claro que nunca que Jaime no era el asesino.

Este caso le estaba dando más de un dolor de cabeza, pero era su oportunidad para que le ascendieran en el cuerpo. Se tumbó en el sofá a leer el informe del caso, pero pronto cayó en los brazos de Morfeo. De repente un ruido infernal retumbó en la pequeña casa y Pedro se despertó en su sofá lleno de sudor. No se lo podía creer, todo aquello había sido un  sueño, desde el principio hasta el final. No se lo pensó dos veces, Pedro cogió su ordenador y empezó a escribir. Por fin, gracias al sueño del inspector Fernández, tenía historia para su nuevo libro.

La vida de un escritor nunca era fácil y él lo sabía.

jueves, 10 de mayo de 2012

Los zapilondos

Recuerdo aquel día como si fuese hoy. Era un día soleado, yo estaba en la playa leyendo un maravilloso libro. Todo era perfecto, los niños jugaban y chapoteaban en el agua y las mujeres tomaban el sol con sus revistas. De repente, un niño salió corriendo del agua pidiendo auxilio. Me acerqué hasta él y le pregunté que le pasaba. Me dijo que algo en el agua había cogido a su hermano y a él le había mordido.

Tenía cierto miedo, no voy a negarlo, pero me pudo más el misterio y la curiosidad, así que cogí las gafas de bucear, ya un poco rotas, y me adentré en el agua. Estuve un rato buscando al niño, pero no vi nada, excepto unas cuantas burbujas de oxígeno provenientes de una cueva. Decidí adentrarme en ella, lo que vi allí me dejó marcado para toda mi vida. Era una especie de anaconda con siete ojos y cuatro grandes garras. Tenía las uñas como afilados cuchillos. Yo lo llamé zapilondo. Oí un gemido y me di cuenta de que era el niño al que estaba buscando. Me acerque sigilosamente, pero el zapilondo se dio cuenta y se volvió como un rayo. Me empezó a hablar. Al principio no entendía nada por el susto que llevaba encima, pero pronto supe que le pasaba. El zapilondo había oído decir a sus antepasados que los seres que vivían en la superficie habían conquistado muchas cosas. Así pues, decidió esperar a que alguien bajase a su cueva para poder contarle su problema, pero como nadie iba tuvo que coger al niño. El zapilondo estaba enamorado de una zapilonda, pero ella no le hacía caso, entonces  pensó que como los de arriba eran grandes  conquistadores…

Le propuse un trato, el soltaba al niño y yo le ayudaba con la zapilonda. Se puso muy contento y en seguida lo liberó. Como no sabía que decirle con respecto a la zapilonda, se me ocurrió que podía hacer lo mismo que mis padres. Le dije que cogiera unas cuantas algas formando un ramo y unos crustáceos y se los regalara a la zapilonda. Tuve la intuición de que jamás volvería a molestar. Subí a la superficie con el niño y lo deje con su hermano, al que no le di ninguna explicación.

No supe nunca si funcionó mi consejo, pero supuse que si porque no se volvió a saber de él.
Ya sé que estaréis pensando que es imposible que aguantara tanto tiempo sin respirar debajo del agua, pero en esa cueva se podía respirar perfectamente sin necesidad de bombonas de oxígeno.

Cada día vuelvo a esa playa y todavía no he visto a nadie salir corriendo ni nada extraño de lo que sospechar. Parece como si nunca hubiera pasado nada.

Quizás todo fue un sueño.

miércoles, 9 de mayo de 2012

El árbol de la fortuna

En los tiempos que corren las cosas son difíciles y para el gobernador Daren no iban a ser menos. Cada día Etrea, su pueblo, le exigía más dinero pues querían tener una mejor vida; pero Daren no tenía dinero ya que lo perdió todo en sus inversiones en la guerra. Daren cansado y malhumorado por no encontrar solución a su problema económico decidió pedir consejo a Sidi, el gobernador del pueblo vecino, Djibouti.

Tras un largo viaje Daren llegó Djibouti, concretamente a casa del gobernador Sidi. Éste decidió enseñarle las maravillas de su pueblo. Daren quedó asombrado ya no solo por por la prosperidad económica sino por la felicidad de sus habitantes, algo que él no había conseguido nunca.

Daren maravillado por el esplendor del pueblo le preguntó a Sidi como lo había conseguido. Éste le contestó que tenía unos árboles que daban frutos mágicos. Daren atraído por la codicia pensó en pedirle un fruto del maravilloso árbol, pero al cabo del rato decidió que era mejor pedirle un árbol. Sidi generosamente se lo dio, pero para Daren no fue suficiente, así que su avaricia le empujo a pedirle otro árbol. Sidi se lo dio pero Daren no estaba conforme y le pidió los cinco árboles que tenía. Sidi se los entregó con una cara de preocupación y le explicó que debía tener mucho cuidado pues los frutos podían ser peligrosos. Si se comía un fruto vería la prosperidad de su pueblo y su fortuna crecer como la espuma. Pero solo se podía comer un fruto en toda su vida pues si se comía más de uno el efecto era el contrario.

Daren no se fió de todo lo que Sidi le dijo, pues pensó que Sidi no era tan generoso como para darle los árboles sin pedirle nada a cambio. Así pues se comió un fruto y empezó a ver el crecimiento de su pueblo. Quedó anonadado y pensó que si con uno había conseguido todo eso con dos su poder sería inalcanzable. Bajo las protestas de Sidi se comió el segundo fruto y vio como su pueblo empezó a decaer con sequías y guerras. La población desapareció y él quedo solo y desolado.

Sidi viendo el desastre decidió llevarse los árboles a Djibouti y no regalarlos nunca más.

 Cuento de referencia: Historia de Abdula, el mendigo ciego.

martes, 8 de mayo de 2012

Un viaje al espacio 2/2


Los tres astronautas estaban bien, aunque un poco conmocionados por el impacto sufrido y también algo asombrados por lo que estaban viendo en aquel mismo instante ¡extraterrestres! O por lo menos eso pensaron ellos, puesto que eran unos seres un  tanto extraños y no podían definir lo que eran. Eran pequeños, rojos y con unos pequeños artilugios  que se lo pasaban por todo el cuerpo para tratar de identificarlos, como si en vez de personas fueran otra cosa. La comunicación con estos seres parecía imposible, pero de repente con esos artilugios empezaron a hablar con ellos. Les dijeron que no les había pasado nada a ellos pero que a su transbordador sí y que no se podría arreglar.

Los extraños seres se preocuparon mucho por ellos, atendiéndoles en todo. Katia se dio cuenta de que no había que tenerles miedo y de que ellos sabían mucho más sobre los humanos que todos nosotros sobre ellos. Así hicieron un pacto en el cual intercambiaron información sobre los humanos y los seres extraños, aparte los seres les proporcionaron un nuevo transbordador igual al anterior para volver a la Tierra.

Además hicieron un trato, el cual consistía en que los astronautas no comentasen nada sobre ellos en la Tierra  y guardasen el secreto de su existencia hasta llevárselo a la tumba.

Cuando ellos llegaron a la Tierra se inventaron mil y una excusas para explicar todo y así poder cumplir el trato. Ellos tal y como prometieron se llevaron el secreto a la tumba.

Así hoy 13 de junio del año 2622 seguimos sin saber nada sobre los extraños seres que se supone que habitan en otros planetas.



Un viaje al espacio 1/2


Hoy 13 de junio del año 2500 la Agencia Espacial Europea (ESA), tiene programado el lanzamiento del transbordador supersónico Varekai al planeta Saturno, para la misión espacial Galileo, que consistirá en descubrir algo más de Saturno y la influencia de sus anillos y sus satélites; en especial Titán que es el mayor de ellos.

Para esta misión la ESA cuenta con los astronautas Néstor Gagías, Katia Baurmann y Marco Fellini. Para llevar a cabo esta misión los astronautas han sido elegidos exhaustivamente entre los cuarenta candidatos que habían presentado los países europeos.
Cada uno de ellos tiene unas características especiales y unos conocimientos muy amplios que abarcan diferentes campos; así como una preparación física y psicológica desarrollada durante cinco años, que es lo que ha durado su entrenamiento.


Ahora, a las diez de la mañana del día previsto, desde la lanzadera espacial de la isla tinerfeña del Hierro, se acaba de lanzar el transbordador supersónico Varekai, iniciando así una nueva aventura espacial para la humanidad.
El lanzamiento ha sido perfecto y sin complicaciones, todo según lo previsto. Los tripulantes están eufóricos pues hace cinco años no pensaban que pudiese llegar este día para ir aún planeta tan lejano. La velocidad del transbordador es impresionante pues alcanza los 300.000 km/h. Con lo cual se tardará en recorrer ciento setenta y cinco días la distancia entre la Tierra y Saturno (1.260.000.000 km).

 Todo iba estupendamente y según lo previsto, todos en el transbordador se llevaban muy bien y se lo pasaban genial. Cada día hacían un informe de lo que había pasado en el transbordador y de lo que habían visto; ese informe lo mandaban todos los días a la estación espacial vía satélite.
El día noventa de viaje algo pasaba ya que no llegaba ningún informe a la lanzadera espacial y el día llegaba a su fin. En el transbordador sintieron una fuerte sacudida, nadie sabía lo que estaba pasando hasta que del golpe se abrió la compuerta y vieron que se habían estrellado. Por la cantidad de satélites que detectaba el transbordador y las coordenadas que les daba supieron que estaban en un lugar de Júpiter que no pudieron concretar porque el impacto había causado algunos daños en el ordenador de navegación del transbordador.




Lo que de verdad importa

Creo que lo importante no es lo que escribimos, sino lo que sentimos al escribirlo. La liberación de cuerpo y mente, esa sensación de paz contigo mismo. Porque a veces lo importante no son las palabras sino el mensaje. No hay nada que iguale ese escalofrío que recorre tu cuerpo cuando pones el punto final y sabes que ese texto que has escrito es para ti una genialidad. Lo has cuidado y le has prestado tu atención como a un hijo. Por eso sabes que una coma no cambiará tu sensación pero si lo hará una simple palabra. No hay que intentar ser lo que escribimos sino escribir lo que somos.


Nora, terminó satisfecha su exposición ante la clase, había perdido el miedo que recorría sus venas hace cinco minutos. La clase empezó a aplaudir y algunos hasta se levantaron. La profesora la felicitó y le dijo que había hecho un gran trabajo. A Nora ya no le importaba la nota, ahora estaba satisfecha de sí misma.

lunes, 7 de mayo de 2012

Presentación

Saludos. Soy Carla Solsona y no voy a molestarme en definirme porque sencillamente yo diría cosas distintas de mí que los demás. Cada cual que elija los adjetivos que más le gusten.

He creado este blog con la finalidad de escribir lo que siento, tener un sitio para liberarme y compartir cosas con la gente para poder aprender un poco más cada día. No espero ningún reconocimiento por parte de nadie, simplemente busco mi satisfacción, pero sobre todo busco escribir.

No quiero simplemente buenas críticas, quiero críticas constructivas de las que poder sacar algo que me ayude a expresar lo que siento.

Espero que disfrutéis y os ánimo a que me deis vuestra opinión.