Podemos destruir lo que hemos escrito, pero no podemos borrarlo.
El lector debe prepararse para asistir a las más siniestras escenas.

miércoles, 6 de junio de 2012

Avancemos no retrocedamos

Existió una vez un hombre que no quería avanzar porque tenía miedo del progreso.
Existió una vez un hombre al que le daba miedo el futuro y su incertidumbre.
Existió una vez un hombre que vivía solo del pasado, no disfrutaba del presente ni miraba al futuro.
Existió una vez un hombre que prefería sufrir con los recuerdos a vivir con los sueños por cumplir.
Existió una vez un hombre al que ya nada podía saciar, pues nada le devolvería aquello que más quería.
Existió una vez un hombre al que nadie entendía, pero que era tan loco que estaba en lo cierto.
Existió una vez un hombre que le dio la espalda al progreso por las barbaries cometidas en el pasado.
Existió una vez un hombre que se dio cuenta de que no se podía construir del tejado a los cimientos.
Existió una vez un hombre que murió ahogado en sus penas al saber que el mundo se dirigía a su fin.
Existió una vez un hombre que vio el exterminio del mundo cuando la raza humana cometió otro crimen contra ella misma.
Existió una vez un hombre que se cansó de mirar como la gente veía tele-basura en vez de salvar todos esos libros que ahora quemaban para hacer una hoguera en la que beber.
Existió una vez un hombre, sólo uno, pues los demás eran victima de su estupidez.

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