Podemos destruir lo que hemos escrito, pero no podemos borrarlo.
El lector debe prepararse para asistir a las más siniestras escenas.

miércoles, 9 de julio de 2014

La mente es un lugar extraño donde habitan seres peligrosos

Es constante la derrota cuando la tinta se acaba. Mil cosas surcan mi cabeza, pero de repente caen a la deriva presa del alboroto. Tantas cosas posibles que se quedan tan vacías, tantos folios en blanco que acabaron siendo pasto de garabatos sin sentido. Algún día volveré, no se si más fuerte que nunca o habiendo caído presa del olvido; mientras tanto esas historietas a mitad, esas tímidas líneas que lucharon por salir aguardan en silencio, el mismo silencio en que yo les guardo el luto.
Existe la excusa de la inspiración, escudo que tras parapetarse en él sucesivas veces se desmorona. Esa maldita timadora surge en el momento menos propicio dejándote las ideas aún mas confusas pero con un atisbo de grandiosidad. Hay un momento en que no eres capaz de hilar el nudo que sigue al planteamiento, llega un momento en que solo tienes planteamientos. Surge entonces la idea de hacer una especie de malabarismo con esos planteamientos, idea que es desechada varias veces por alocada. Pero quizás ahora sea el momento de quitarse la camisa de fuerza y empezar a patalear.
Los fieles son siempre cobijados e invitados a bailar bajo la lluvia., la elección es suya.

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